martes, 27 de abril de 2010

HISTORIA DE LA ESCUELA Nº 23


A fines de la década
del 50, “Cortejarena” era un barrio en ciernes.
A un kilómetro de La Reja, sólo era un descampado que empezaba a parcelarse.
Sus primeros habitantes provenían de colectividades como la italiana, la española, la portuguesa, entre otras. Una unión de distintos inmigrantes provenientes del interior conformó la población estable del lugar.
No había nada, todo había que hacerse.
La idea de los fundadores era, sin dudas, cubrir dicha carencia. Pero es importante señalar el ahínco y la coherencia de aquellos vecinos.
La Escuela 23 nace el 8 de julio de 1959, en esta situación histórica.
Comienza entonces una etapa nueva que es magníficamente aprovechada por los pobladores autoconvocados y, en asamblea, resuelven fundar también la Sociedad deFomento de Cortejarena, eje y brazo inseparable, otrora, de nuestra querida Escuela.
Rápidamente se forman comisiones, la Cooperadora Escolar y la Comisión de la Sociedad de Fomento. Codo a codo comienzan a trabajar.
Se consigue avanzar en el alumbrado de la zona, mejorar los caminos, proveer a la Sala de Primeros Auxilios de una ambulancia y de su chofer. Se hace una importante inscripción de socios.
Se logra el padrinazgo de la Embajada de Venezuela, y el embajador venezolano visitó la Escuela, quien se compromete a realizar varias donaciones.
Ese espíritu de trabajo, que redundó en muchos logros, permaneció toda la década siguiente. La Escuela creció tanto como la situación demográfica. Sus antiguas aulas de madera fueron reemplazadas por nuevas de material, incluyendo un comedor y baños renovados y se delimitó definitivamente el predio por las calles Atuel y Sófocles.

Cito a continuación apellidos de maestros y directivos que fueron de gran importancia no solo por su dedicación sino por su compromiso que excedía el marco pedagógico del docente:

La Sra. Nora Mosquera que venía de Luján, lugar en el que, creo, aún habita.
La Sra. Elena Vince, actualmente jubilada, quien vive en Moreno.
La señorita Isabel Correa (Pocha) y su gran aporte artístico para los festivales.
La Sra. Susana, entre otros.

Apellidos de vecinos fundadores.: Paolino, Correia, Luna, Notari, Vespa, Borachia, Bianchi, Pinto, Divito, Pereyra, Ronshich, Sikos, Mendizabal, Mora, Aguiar, Dacuna, Cardoso, Portolessi, García, Andrade, Novoa, entre otros…

Como anécdotas
Mi memoria registra una cantidad de hechos, muchos de ellos muy pintorescos, productos de la generosidad de la memoria, los tengo como caros en emotividad pero no por eso menos verosímiles.
Por ejemplo, la llegada del gobernador de la provincia de Buenos Aires, el Doctor Allende. Su arribo a la plaza en helicóptero y nuestra no menos azorada mirada frente a semejante nave “infernal”.
Las carreras de sortijas y la acometividad de cierto miembro de la Comisión Cooperadora, subido a un caballo, vestido de riguroso traje y su posterior y brusco descenso, con corrida al hospital porque sufrió un disloque de cadera.
Los discursos de otro vecino, que, amparado en su cargo de Secretario de la Comisión de Fomento, se excedía en sus monólogos proferidos desde el escenario, micrófono en mano.
Nada grave, nada tan importante tal vez, pero recuerdos de una época, inocente y casi de sainete.
Así se hizo el barrio y la Escuela Nº 23 “República de Venezuela”que fue vértice de aquellos días.
El año pasado la Escuela 23 de Cortejarena cumplió 50 años. Son una cuarta parte de lo que cumple la Patria. Lo cual nos inserta como protagonistas indiscutibles en el crecimiento y afirmación de los valores defendidos a lo largo del tiempo.
La emancipación no es aún tarea cumplida. Mucho se anunció desde la retórica, mucho se tergiversó el significado de nuestros orígenes y de nuestra confirmación como nación. Hay una tarea inconclusa, es bueno preguntarse si estamos en camino de lograrlo.
Ahora bien: ser autocríticos no nos impide sostener la esperanza de poder hacerlo.
En el Año del Bicentenario, es oportuno celebrar y celebrarnos, aunque –como dice Eduardo Galeano–, nosotros, como contemporáneos, no advertimos el valor que implica, por ser los actores de este presente; pero estemos seguros de que, aun en las cosas más pequeñas de nuestras acciones o de nuestras omisiones, estamos haciendo la historia, y que esta historia no nos espera: se realiza con nosotros y aun a pesar nuestro.

Los alumnos, docentes, directivos, personal auxiliar, exalumnos, vecinos de la comunidad educativa le deseamos un feliz aniversario a nuestra querida Patria en su Bicentenario.

Anibal Luna.



El autor es hijo de uno de los fundadores de la Escuela, ex alumno y actualmente padre de un alumno del colegio.

Agradecemos a Anibal Luna su valioso aporte a la Institución Educativa.

2 comentarios:

  1. Muy interesante. Fue un placer leer esta entrada.

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  2. muy lindo recordar la escuela 23 de cortejarena ,yo tambien pase por ese establecimiento,fui alumna,muchos nombres se vienen a la mente como la querida directora Nora mosquera y mi señorita Pocha.Gracias por recordar la escuela 23al autorAnibal Luna.magdalena del pilar Dubreuil

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